Bibliofrenia – Joaquín Rodríguez. Melusina, 2010.

Por Alejandro Torres.

De un bibliómano para sus compañeros de ruta, nos llega este texto corto pero rico en anécdotas de gentes que han dado su vida por ese extraño objeto: el libro. Aunque parece que nuestro tiempo entona las primeras notas del coda del libro impreso, también estamos frente a un espectáculo orgiástico donde hay más libros físicos disponibles que en ninguna otra época desde Gutenberg. Hoy día parece más facil que nunca tener en casa o en nuestro morral un librito. Pongamos por caso que, en tiempos de Tomás de Aquino, podía considerarse rico quien tuviese una decena de volúmenes propios, total que esta es quizá la mejor época para atiborrarse de ellos. Que el libro va a desaparecer, eso parece cosa cierta pero, desde otro punto de vista, la pasión por el objeto en cuestión lo mantendrá vivo mientras exista gentes como la que este libro nos muestra. Príncipes de la avidez, nunca dejaron de querer acumular frente a sus ojos anaqueles y anaqueles de más y más libros; de buscarlos por mar y tierra; de asesinar si fuese necesario para procurarse el volúmen que les impedía el sueño. He aquí un librito sobre el vicio raro pero no escaso de la bulimia libresca. Veinticinco personajes para una galería de lo desmedido pero justificable cuando se habla de tan gran compañero en la vida; en la soledad de la vida: el libro.