The Devil Inside (película) – William Brent Bell. USA/Rumanía/Italia, 2012.

Por Alejandro Torres.

En estos tiempos violentos ya no hay mucho que de la ficción nos conmueva. Hemos quedado paulatinamente anestesiados por lo que podría denominarse el efecto Splatter. Una palabra que suele designar -colombianismo de por medio- un «chisguete», un efecto aleatorio irregular pero mensurable con el que caen gotas sobre una superficie. En este caso gotas de sangre. Como si la obra de Pollock hubiese tomado como ejemplo la guerra en general, nuestra violencia de los años cincuenta, en particular y todo ejercicio de corte yugular como regla universal para su pintura. Ya estamos acostumbrados a esas manchas en el suelo y las paredes. Manchas terribles que designan el paso de la vida a la nada y que reafirman nuestro atavismo con la sangre. Total que cada vez que sale una nueva peli de terror ya no nos horrorizamos tanto; vamos como perdiendo el asco y solo esperamos a que los fluidos se diseminen por la pantalla. Sin embargo, esta peli que no es otra cosa que un ejercicio de Fake Documentary, la va sacando del estadio en cuanto a realismo se refiere. Aunque se cometen errores de tiempo y lugar. El espectador queda con la duda. Y desde que la duda persevere, la ficción queda como una mancha en el cerebro. No te deja dormir en paz. Muchos dicen que la Posesión demoníaca no existe, que todo tiene que ver con una psique torturada por miedos religiosos y malos recuerdos. Pero qué hacer con las lenguas que se desconocen, con las respuestas que no se podrían dar, con los cambios somatizados en la carne. Qué decir de la inusual fuerza y lo encarnado de la lucha. Yo no sé, pero esta moda de los exorcismos en el cine lo va cambiando todo y si a eso le añadimos las dinámicas del Gore en  todo su esplendor, lo indiscutible de la actitud de los actores y la veracidad del entorno, toda capacidad de distanciamiento se va diluyendo en un miedo creciente y una rara certeza de que podría ser aunque no debería. Total que eso hace de Con el diablo por dentro, un excelente ejercicio para no pegar el ojo. Mi calificación es excepcional, más allá de mis muchas creencias y escasas certezas.

 

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