La mirada invisible – Diego Lerman. Argentina, 2010.

Por Alejandro Torres.

Qué bueno ver algo sin velocidad, solo imágenes elapsadas por un ambiente de asfixiantes reglas y sobreentendidos. Lerman nos trae esta vez una fuente inagotable de reflexión. Asusta ver la precisión con que retrata la vida al interior de un claustro estudiantil dirigido por gentes represivas y acartonadas. Pero tanto juicio y curia serán la chispa misma del vicio que atrapara a María, una asistente de la prefectura del colegio que pasará de observar a mirar con malicia voyeurista en los baños masculinos y, de paso, entenderá que es delgado el umbral entre lo permitido y lo prohibido, dando esto último un giro inesperado a su vida. En esos sitios ordenados la pernicia va por dentro y al salir hay que pagar escondederos. Una historia que transcurre lenta, casi hasta la somnolencia pero está sabiamente creada para mantener la atención por un final que bien vale la pena. Ambientada en medio de la dictadura argentina en 1982, será fiel reflejo de la situación esta pequeña república atrapada dentro de un plantel vetusto como las instituciones que lo sostienen y que como música de fondo, las huelgas que se oyen fuera del colegio, presagian el fin del orden autárquico y violento, típico de quienes temen lo espontáneo. Como casi siempre, estos porteños no dejan de contar buenas historias con su historia.

Deja un comentario