El Señor Borges – Epifanía Uveda & Alejandro Vaccaro. Edhasa, 2005.

Por Alejandro Torres.

La bibliografía sobre Borges quizá sea muchas veces más grande que su propia obra. Son tantos y tan profundos sus caminos que el visitante de su obra puede aventurar la más desaforada de las tesis sin salirse a los bordes de su tamaño, siquiera. Sin embargo cuando uno se asoma por la ventana de los libros tratando de saber de dónde viene el laberinto de su escritura, se le ofrecen biografías y retratos personales que casi nunca permiten entrever algo que no sean sus intereses más generales o las evidentes influencias que atraviesan la creación de Borges. Sin embargo, una tarde ociosa y de pocos clientes, me encontré con un libro que me pareció un tanto risible en principio: el punto de vista del ama de llaves de la casa de Borges. Uno siempre cree que entre más reputada la pluma, más cercano a las cosas que se buscan. Vaya bofetada la que se ha tragado mi desdén engreído de lector luego de voltear la última página de este humilde álbum de recuerdos recogidos a cuatro manos entre el biógrafo y reconocido coleccionista y curador de la obra de Borges y la mujer que le asistió durante más de treinta años en la parte más íntima de su existencia. Viene a darse uno cuenta que, lejos de ser otro libro para sacarle plata al muerto, hay aquí una ventana a aspectos sumamente desconocidos de su vida aunque tratados con respeto y sin caer en la anécdota fácil y más bien con tendencia a edificar una memoria más humana y sencilla de uno de los personajes más famosos de las letras del siglo pasado. Epifanía Uveda nos lleva de la mano suya a la casa donde vivió con Borges tres décadas de creación, trajines, amores, alegrías y tristezas. Una biografía de la última etapa de la vida de Borges en clave cotidiana; como si uno pudiese haber visto y oído, escondido detrás de la cortina de su sala en su casa de la calle Maipú mientras Borges pasaba, vivía.  Un texto rico aunque humilde. Desmarcado de la parsimonia con la que la academia suele empolvar la memoria hasta volverla simplemente texto.

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