The Last Man on Earth – TV Serie. USA, 2014

Por Mauro Vargas.

The Last Man on Earth es como encontrar la última gaseosa del desierto y percatarse de que no es Coca-Cola sino Big Cola. Es una sinfonía de la mala suerte, una oda a la mezquindad, a la mentira y al egoísmo. Si Seinfield jamás se preocupó por hacer de sus personajes modelos ejemplares ni pretender enseñar algo sobre cualquier cosa, esta atípica comedia va un paso más allá. Aunque la idea de un mundo despoblado sugiera la utópica idea de reconstruir la civilización evitando los errores del pasado, el hombre sigue siendo una criatura podrida. La mentira, la envidia, los celos, el orgullo y las ansias de poder serán las riendas con las que, inevitablemente, se encaminará la sociedad en su segunda oportunidad. Ya lo dice Cormac McCarthy en Todos los hermosos caballos: «Se considera cierto que quienes no conocen su historia están condenados a repetirla. Yo no creo que su conocimiento pueda salvarnos. Lo constante en la historia es la codicia, la necedad y una avidez de sangre que incluso Dios (que sabe todo cuanto pueda saberse) parece impotente para cambiar».

Pero no se alarmen, esta no es una historia para reflexionar sentado y con la mano en el mentón. Como en toda comedia, no tenemos que llenarnos de ansiedad por seguir pistas o descubrir misterios. Sin embargo, The Last Man on Earth combina con maestría el deleite del momento —la risa— con la expectativa sobre el destino de sus protagonistas, en especial el de Phil Miller, con quien nos identificamos, a pesar de que sus vestiduras sean esas actitudes que la sociedad acostumbra a censurar. Probablemente esta serie no sea fácil de digerir para quienes gustan de héroes típicos, pero si le dan una oportunidad más allá de los primeros capítulos, descubrirán que Phil Miller es el verdadero antihéroe de nuestro tiempo y que The Last Man on Earth es de las propuestas más creativas que ha parido la televisión en sus últimos años.