Por Alejandro Torres.
Vaya película esta! No sé por qué no la había pescado antes. Al principio cree uno estar viendo otro thriller donde el protagonista trata de salvar a alguien pero todo se va retorciendo en un plano donde no se puede distinguir lo real de lo irreal. Está llena de imágenes hermosas y detalles sugestivos. Es difícil de agarrar pero se va resolviendo sólo si se presta mucha atención. Letham se va asuicidar y busca ayuda en Sam, un psiquiatra que se hundirá en la confusión de imágenes del pasado y el presente de Letham hasta el mismo infierno. Llena de arte, el director nos mueve por una New York enejenante y gris, con momentáneas explosiones de color y mementos muy a lo David Lynch.
Si desean ver, hay que prestar atención, pues atravesar el umbral tiene su costo y todos estamos allí para algo. De lo mejor que me he encontrado en este 2010. Quizá deba advertir que sea necesario verla más de una vez para capturar todo lo que contiene. Si les puede servir de acicate, el guión de esta obra fue escrito por David Benioff, el mismo que creó la fabulosa historia de la hora 25 y que llevó al cine Spike Lee, hace un tiempo.
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